Los "chalecos amarillos" han surgido hace pocas semanas a través de las redes sociales al margen de sindicatos y partidos políticos. La aparición de este movimiento se debe a la subida de precios en los carburantes, formado principalmente por personas que viven en la periferia, provincias o zonas rurales con un enemigo en común, la política tributaria del gobierno de Emmanuel Macron. A esto se le añade las reivindicaciones para restablecer un impuesto a los más ricos o medidas para aumentar el poder adquisitivo, incluso una parte pide la dimisión de Macron.
En Francia hay una larga historia de movimientos sociales contra los impuestos en los que podemos destacar los "gorros rojos" o "nuit débout", pero la diferencia con estos ejemplos son que ahora son obreros, empleados precarios, que viven en ciudades de tamaño medio o zonas rurales y que han sufrido una disminución de los servicios públicos en los últimos años y se sienten abandonados por el gobierno.
La primera protesta tuvo lugar el 17 de noviembre con una asistencia de 300.000 mil personas en toda Francia, lo que revela la gran magnitud de esta revuelta y la fuerza de presión que puede tener.
Los "gilets jaune" (chalecos amarillos, llamados así por la prenda fluorescente amarilla que llevan todos) han provocado numerosos disturbios con tiendas, restaurantes, monumentos, policías...
Cabe destacar los fuertes disturbio sucedidos en este periodo de tiempo en los que hay 4 muertos, unos 100 heridos y más de 4500 detenidos.
Finalmente hace unos días el Presidente de la República Francesa Emmanuel Macron ha cedido finalmente y ha anunciado que suspende la subida de los precios del combustible, en especial el del diésel. Además ha anunciado otras medidas para reforzar el poder adquisitivo y ha anunciado una subida del salario mínimo en 100 euros.
En Francia hay una larga historia de movimientos sociales contra los impuestos en los que podemos destacar los "gorros rojos" o "nuit débout", pero la diferencia con estos ejemplos son que ahora son obreros, empleados precarios, que viven en ciudades de tamaño medio o zonas rurales y que han sufrido una disminución de los servicios públicos en los últimos años y se sienten abandonados por el gobierno.
La primera protesta tuvo lugar el 17 de noviembre con una asistencia de 300.000 mil personas en toda Francia, lo que revela la gran magnitud de esta revuelta y la fuerza de presión que puede tener.
Los "gilets jaune" (chalecos amarillos, llamados así por la prenda fluorescente amarilla que llevan todos) han provocado numerosos disturbios con tiendas, restaurantes, monumentos, policías...
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Cabe destacar los fuertes disturbio sucedidos en este periodo de tiempo en los que hay 4 muertos, unos 100 heridos y más de 4500 detenidos.
Finalmente hace unos días el Presidente de la República Francesa Emmanuel Macron ha cedido finalmente y ha anunciado que suspende la subida de los precios del combustible, en especial el del diésel. Además ha anunciado otras medidas para reforzar el poder adquisitivo y ha anunciado una subida del salario mínimo en 100 euros.
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